BookCrossing en Santiago de Compostela
Recientemente, visitando el Museo Granell, Martiña vio un libro arrimado a una pared. No parecía algo habitual. Lo lógico sería verlo en la biblioteca, o colocado encima de una mesa. Por eso se acercó. La sorpresa fue mayúscula al ver el título: Cumpleaños feliz. Ya sabéis, somos una familia extremadamente feliz y vamos contagiando el #FMV allá por donde vamos. Por el mero hecho de ver la palabra feliz, el libro generó un gran interés en mi pequeña.
Al tenerlo entre sus dedos de chocolate, y ojearlo por encima, se percató de algo muy curioso, era un libro viajero. Sí, viajero 🙂
Formaba parte de una cadena de libros viajeros. Un proyecto que recibe el nombre de BookCrossing y no es otra cosa que dejar un libro en un punto geográfico para que otra persona pueda llevárselo, leerlo y nuevamente introducirlo en la cadena si lo considera oportuno. La verdad es que a nosotras nos mola mucho. Empiezas a preguntarte qué lugares habrá recorrido, cuántas personas lo habrán leído, cómo serán… una infinidad de preguntas que consiguen crear una historia alrededor de la obra.
Pero lo más curioso es lo siguiente, a través de BookCrossing tenemos la opción de seguir el rastro de los libros. Nosotras aún no hemos liberado el nuestro. Aunque, Carmiña, ya sabe que en su póximo viaje por Galicia deberá completar esa misión 😀
Antes de completar esta misión molona, recorrimos parte de la zona vieja de Santiago de Compostela. Quisimos ser buenas anfitrionas y actuar acorde a la fama que nos precede jaja. Esperamos, de todo corazón, que su estancia en la capital gallega haya sido agradable y que su próximo/a portador/a nos escriba para informarnos sobre su nueva vida.
Por cierto, ni hemos presentado a nuestro amigo de papel. Nuestro colega viajero es un libro en el que nos descubren los trabajos del artista Jose María Ruiz Ruiz. Arte viajero (y callejero), nunca mejor dicho 😉
Y con esto y un bizcocho nos despedimos, #BeHappyMyCookies 😉